martes, 6 de enero de 2015

Migrar al GAM


El conocimiento si no se sabe aplicar es peor que la ignorancia.
Charles Bukowski


Cuando pienso en aquel Esteban Rodríguez que viajaba en bus directo de las 6 de la mañana Turrialba-San José, me da una tremenda lástima. Era el primer lunes de enero de 1995 y como único equipaje 17 años de edad, sin conocer la ciudad, ingenuo como él solo, sin un compañero de viaje con quién comentar lo que sentía o iba descubriendo, con una camisa de vestir enorme, posiblemente los zapatos del cole y con un cuaderno en la mano. 

Lo peor es que ni siquiera me había dado cuenta de que había dejado olvidado el walk man. 

Así llegué hasta la parada en el parque de San Pedro y tomé bus a la Universidad. El fin de semana antes de esto lo pasé con mi familia acampando en Puerto Vargas de Limón, sin ni siquiera ponerle atención a ese evento que cambiaría mi vida para siempre. Era el inicio de un nuevo mundo, la migración a la ciudad, a las oportunidades de estudio, a intentar tener una vida sin saber de que se trataba.
 
Recuerdo escribir en la parte de atrás del cuaderno unas simples frases que en cada viaje a la capital en esas primeras semanas empezaron a tener forma. la música ya había llegado a mi vida mucho antes del interés de tener una carrera profesional y quizás perdido en notas, sueños y melodías se me hacían los días menos difíciles.

Era un cambio de vida impresionante y me sentí muy solo en esa primera etapa. 

Turrialba con su clima tropical quedo atrás y ahora reinaban los vientos fríos de principio de año, ventoleros acompañados de una tremenda soledad en la capital. Para mí todo era lúgubre y así fue naciendo la canción "Esta gran ciudad". Predispuesto por la mala reputación de la ciudad que antes de ese 1995 mi única referencia eran las noticias. La canción se quedó guardada por mucho tiempo y tuvieron que pasar casi 10 años para que encontrara una melodía dentro del disco "Sesiones acústicas" como única canción nueva. 
 
Con el pasar del tiempo aquella banda que viajo de la zona rural que fue impactada por la cara más horrible de la capital, se convirtió en la responsable también de ponerle banda sonora, reproducir sus sonidos, darle melodía a sus calles y avenidas, hablar de sus personajes, dibujar su cara e ilustrar sus esquinas, hacerle un lugar dentro de la escena rock nacional, abrirle paso dentro de la cultura cuando muchos solo le habían dado la espalda, lavar su cara y ponerla a brillar. 

No fuimos ni los primeros, ni los únicos. 

Por eso los invito a disfrutar de Monte que sabe muy bien como ponerle notas a San José 



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