domingo, 19 de abril de 2009

Una habitación para todos


Este fin de semana viaje a la casa de mis padres en Turrialba, barrio el Poró. Mi madre como buena anfitriona no duda en preparar su pollo especial de la casa, adornado con puré de papa, ensalada fresca y jugo de piña. Todo muy natural al estilo de los pueblos fuera de la capital.

Luego de tremenda comilona viene el momento de dar cuentas, ya que mi ausencia por esos rumbos es mas que obvia, así que en los sillones de la sala es adecuado contar que ha pasado, que no ha sucedido, y que pasara o que quiero que pase.

El tiempo continua y la marea alcalina me gano la batalla, así que termine recostado en la cama de mi madre.

SEKA cumple 14 años de existencia este próximo diciembre. Años nada fáciles de mezclar carrera profesional, pasión y el resto de las cosas que acompañan la vida. Lo que me lo recuerda ese largo camino es, esta habitación. Lena de luz, con una ventana de brisa fresca y vista al centro de Turrialba. Paredes blancas y mi primer guitarra guindada frente a la cama, como esperando ser tocada.

Es aquí donde extrañamente han nacido la mayoría de las canciones de SEKA, es aquí donde he pasado horas sudorosas intentando que las cosas funcionen, probando, empezando de cero, luchando por darle sabor a lo que hago.

Aquí han nacido canciones memorables y otras que ni yo recuerdo. Algunas que quedaron en discos, otras que fueron olvidadas a propósito. Pero al final, ha sido un taller, como el de un dibujante o artesano. No hay residuos de madera, ni pinceles secos de pintura añeja en el piso. Sobre la cama encuentro recuerdos de amores frustrados, de luchas juveniles, de sueños de rock and roll, realidades familiares y hasta ansiedades de gloria.

Es aquí al borde, dejando la esquina entre mis piernas donde he empuñado cientas de veces la guitarra tratando de crear algo que me ilumine. Esta habitación es un lugar preciado, adorable, solitario y silencioso, pero que me sorprende cómo si fuera una puerta mágica en cualquier cuento de Walt Disney.

Desde San José durante mis estudios me traía las letras y sonidos entre la cabeza como llave malla, para esperar el fin de semana y aquí ordenarlas poco a poco al punto de temer que sin este lugar mi musa no me ayudaría a crear.

Esta gran ciudad, no mentimos, no vuelvo mas, Centroamérica, felicidad entre otras fueron paridas en este cuarto que poco visito. Quizás el único santuario que me conforta. El mismo que veo reflejado cada vez que en un concierto alguien canta con nosotros esas piezas. Al final todos ustedes también tienen lugar en esta habitación tan mía y de mi madre.

jueves, 9 de abril de 2009

Prólogo de un viaje que ya había iniciado


El 20 de marzo del 2009, cumplí 32 años de edad y para celebrarlo junto a mis amigos, hermanos y demás seres queridos pasamos una velada inspiradora en el bar brujas en la calle de la amargura. Lindo detalle ese de regresar a la calle que nos vio hacernos hombres luego de recibirme cuando apenas tenia 17 años.
Esta noche leí lo que era el prologo de la documentación escrita de nuestro (SEKA-CONTIENTAL) viaje por Argentina. Este es, a continuación.


1 de marzo 2007. 10:00 a.m., acabo de colgar mi teléfono celular y despedirme de poveda, ziki y el caco. La primera sorpresa de la conversación fue darme cuenta que Zelada también formara parte de esta expedición al sur del continente.


Voy retrasado por diez días, pero mi amiga Ingrid quien por ahora es en quien deposito mis mas profundas e internas confesiones, me dice que el tiempo se ira volando. Estoy un poco loco, demente, extraviado y atormentado por no poder irme el mes de marzo entero. Solo tengo 15 días, pero que mejor forma de celebrar mis 30 años que en Buenos Aires con mis hermanos.
Vamos para Argentina.


Tuve ganas de salir corriendo mientras veía los carros pasar disparados rumbo a Alajuela. Justo estaba en las afueras de mi trabajo al lado de la autopista. Imaginando dejar todo botado y montarme en el primer bus que dijera aeropuerto.


Pero solo fueron arranques incomprensibles hasta cierto punto porque igual tengo que terminar de arreglar algunas cosas de nuestro nuevo disco que estará por salir cuando regresemos (folklore para un nuevo mundo). Pase todo este día con una ansiedad jodida y necesito concentrarme en mi trabajo. Quedan 10 días, solo 10 malditos días. Espero que este viaje cambie mi vida, nuestras vidas.

Al llegar la noche y escribir estas palabras me di cuenta que gracias a la música, a SEKA y CONTINENTAL ya habíamos cambiado, ya nuestras vidas habían iniciado un viaje sin regreso a la mejor aventura de todas.